Una falsa dicotomía de cambio en ABGRA


ELECCIONES  EN ABGRA, UNA FALSA DICOTOMÍA DE CAMBIO

 

Que ABGRA esté de votaciones y haya dos listas, no sería noticia si no fuera porque ahora nos inundan con sus posteos prometiendo desde cada una, lo que desde hace mucho tiempo NO HACEN.

Hoy hay reclamos sobre falta de transparencia por los que conducían antes, cuando todos utilizaron las mismas tácticas para sostener el poder. Transparencia 0.

No representan ni defienden la profesión, mucho menos a los  profesionales.

Eso se evidencia en la cantidad de bibliotecarios y bibliotecarias de todo el país que eligen asociarse y creer en todos los enunciados que alguna vez fueron su norte. Apenas 263 personas asociadas eligen sostener con su aporte esta asociación, cuando se calcula -porque nunca se ocuparon de realizar un relevamiento aún contando con recursos para realizarlo- que en el país seríamos alrededor de 20.000 profesionales.

Sin embargo a los 19.700 profesionales de todos los niveles de la carrera, nos perjudican por su inacción y ése viejo sello que los mantiene ante algunos incautos como los “representantes” de la profesión. 

¿Qué nos dicen estos números? Que no nos representan, ni a la profesión y mucho menos a los profesionales. Ni siquiera a sus asociados.

Que a lo largo de los años, desde su conformación el 5 de noviembre de 1953 y aún contando desde 1960 con Personería Gremial N° 354/60 tramitada ante la Secretaría de Trabajo y Previsión (o sea, es un sindicato) y además contando desde el año 1968 con la Personería Jurídica N° 678/68 expedida por la Inspección General de Justicia elige NO ejercer como sindicato, ni representar a quienes originalmente y según sus estatutos debe representar.

  • ¿Cómo está la profesión a nivel nacional? Invisibilizada

A tal punto que las y los bibliotecarias/os egresados de cualquier nivel no consiguen acceder a trabajos en bibliotecas, en diferentes provincias de norte a sur y de este a oeste del país, llegan reclamos por cargos ocupados por personas con otras profesiones o sin ellas.

Son los mismos colegas quienes se organizan, se agrupan y reclaman, solo con el apoyo de la difusión solidaria entre profesionales, porque ABGRA NO visibiliza esos reclamos, sólo envía notas (y cuando es presionada para ello). Hasta ahí llega su solidaridad, teniendo herramientas legales para más.

Los últimos reclamos, por cargos directivos en las más importantes bibliotecas del país (BNMM, BNM) fueron iniciados por las bases, reuniendo firmas y entregándolas a los Ministerios de Educación y Cultura. Aún con errores, porque algunas agrupaciones personalizaron el pedido -en el caso de BNM-  se logró que finalmente se nombrara a una bibliotecaria en su dirección.

La oferta formativa de UTEDyC con el mínimo requisito de saber leer y escribir es otro ejemplo, en solo tres meses otorgaban el título de auxiliar bibliotecario. Fueron docentes de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) quienes iniciaron una protesta, el reclamo, al que luego se sumaron docentes y egresados/as de las carreras de todo el país, reuniendo firmas que presentaron a los Ministerios de Educación y Trabajo.

La Asociación se constituyó -según su historial publicado en su página web-  con el objeto de agrupar a los bibliotecarios graduados de todo el país egresados de institutos de enseñanza superior cuyo título sea reconocido en el ámbito nacional, provincial y municipal. Objetivo loable, si los hay, sin embargo nunca lo alcanzó, ya que por ejemplo no se incluyó a los bibliotecarios y bibliotecarias escolares,  argumentando que representaban a graduados universitarios. Durante años la asociación excluyó a los bibliotecarixs escolares, hasta que se quedaron sin argumentos posibles y fueron incluidos. Pero siguen desconociendo su normativa, problemática y de hecho ni siquiera se los incluye en los temas que ofrecen  en las capacitaciones. ¿Y los bibliotecarios/as populares? Aún con título, siguen siendo las cenicientas del colectivo. ¿Por qué no les interesa sumar asociados? Quizás porque es más fácil manejar un club con 260 que con miles de asociados. Son muchos menos problemas, menos trabajo. 

Analicemos algunos de los objetivos que la asociación se propuso:

  • Jerarquizar, dignificar y defender los intereses profesionales de sus asociados mediante el estudio y solución de los problemas inherentes a la profesión y como organismo técnico y consultivo colaborador del Estado.

La asociación mira desde su ventana de Buenos Aires cómo desde Salta a Tierra del Fuego, pasando por todas las provincias del país se desconoce la profesión, se usurpan puestos de trabajo y se niega la posibilidad -siquiera- de concurso. ¿Qué estudios ha realizado del colectivo? ¿Alguna solución a los problemas de la profesión? ¿El Estado la consulta o la ignora?

Aún con los argumentos de asociar a quienes egresan de universidades, ¿podríamos decir que los agrupa o representa cuando se precarizan y tercerizan de manera pavorosa?, ¿sólo por tener una bolsa de trabajo? ¿Cuántos profesionales acceden a concursos para cargos en bibliotecas universitarias, especializadas y/o especiales? Y los concursos en bibliotecas universitarias plagados de manejos y arreglos internos ¿no serían distintos con un representante gremial que velara por los intereses reales de los profesionales?… pero ¡para eso hay que usar la personería gremial!

  • Prestar solidaridad moral y material a sus asociados.

Para la Asociación la solidaridad moral y material se cubre con una nota. Todo lo resuelve con una nota. Y hasta allí llega su solidaridad.

Basta ver el caso del  reclamo de las bibliotecarias contratadas por el municipio de Mar del Plata, apenas enviaron una nota. Y eso porque tienen una filial allí. 

En cambio ni siquiera eso consiguieron los/as colegas de Río Negro, Neuquén, Salta o Formosa donde no pueden acceder a los cargos en escuelas ya que les ganan los maestros o profesores de gimnasia sin título bibliotecario, claro! 

Las bibliotecas especializadas de las Academias Nacionales no obtuvieron ningún apoyo en su campaña en defensa de los salarios, cuando arbitrariamente se eliminó la actualización paritaria. 

  • Mantener relaciones con entidades similares, dentro y fuera del país.

Lejos de la federalización, utiliza las Asociaciones Provinciales solo para que organicen en sus territorios eventos, a los que "bajan" a visitar desde su porteña sede, sonríen para la foto, comen gratis y se van. No hay tiempo para escuchar problemas locales, mucho menos para involucrarse y resolverlos.

  • Representar y defender ante el Estado, institutos de previsión, tribunales de justicia o empleadores los intereses profesionales colectivos o individuales de los asociados.

¿Alguien alguna vez fue representado o defendido por la asociación, viendo sus derechos laborales vulnerados o habiendo sido despedido de su empleo sin razón? ¿Alguien fue asesorado por ABGRA para su jubilación? ¿Las y los bibliotecarios de las provincias donde no pueden acceder a los cargos, porque les usurpan los espacios los docentes, sienten como acompañamiento suficiente las notas de ABGRA? 

  • Participar en los organismos estatales o vinculados a la ordenación del trabajo

¿Paritarias? Podrían sentarse a paritarias y fijar un salario nacional, con paridad provincial en base a la formación, negociar escalafones, plus por título,  mejoras en salud, incluso dialogar con otros sindicatos para ofrecer lugares de turismo, hospedaje, sólo por dar unos ejemplos.

Pero elige NO  hacerlo.

  • Promover la enseñanza profesional con la creación de la carrera en cada provincia,  la organización y realización de congresos, jornadas bibliotecológicas, cursos, publicaciones, otorgamiento de becas, conferencias y demás actos análogos, como también concurrir a los que organizaron, en el país o en el exterior, otras asociaciones o instituciones afines.

Aquí podríamos preguntarle a UTEDyC (!) lejos del chiste, ¿alguien accede a una beca para un congreso en el exterior o a la única jornada bibliotecológica que realiza? Que además es paga, es de baja calidad y se hace en CABA sin becas para pasajes (ni siendo socio de alguna provincia), así como los escasos cursos y las publicaciones que son inexistentes.

 

La falta de conocimiento de la realidad del colectivo, así como la ausencia de diálogo y escucha con representantes de las provincias, ha reducido las bases de la asociación de alcance nacional a un club de 260 socios, con autoridades que usan el sellito para sumar en sus CV y posicionarse para otros cargos,  mancillando los objetivos primarios de su constitución. 

 

En el mientras tanto, nos perjudica a todas y todos quienes integramos el colectivo nacional, pues no utiliza la personería gremial ni para defender la profesión, ni para negociar paritarias, ni para buscar soluciones a los problemas reales pero al tenerla,  frena la  conformación de un nuevo sindicato nacional de bibliotecarias/os. Así nos afiliamos a otros sindicatos donde somos minoría (ATE, UTEDyC,  UPCN, FATUN, UTE, FEB, SUTEBA otros tantos) donde nunca se entienden y pocas veces atienden los reclamos de los bibliotecaries.

 

ABGRA elige NO utilizar la personería gremial como decisión política interna, en voz baja, cuando podría hacerlo, reposicionando al colectivo en la lucha por mejoras laborales. Por el contrario pulsa por una ley de colegiado, lo que nos obligaría a matricularnos, siempre y cuando contemos con carreras superiores a 4 años. Pensando en un egresado universitario, con un puesto de trabajo  monotributista o tercerizado ¿podrían pagar matrícula, que no  garantiza la posibilidad de acceso al trabajo y deben mantener aún si quedaran desocupados? Quienes egresan de Institutos Terciarios ¿qué lugar ocupan en ese proyecto? 

 

Vemos a colegas trabajadores generosos con sus conocimientos, ubicados en los lugares de vocales, vocales suplentes en ambas listas. No es casual.

 

Mientras tanto las/os bibliotecarias/os de nuestro país seguimos autoconvocándonos, organizándonos y realizando acciones concretas,  alcanzando objetivos que son logros del colectivo. Que hoy pretenden arrogarse como propias cuando todes sabemos que no es así.

Disputan  la  conducción pero  sólo se pasan el mando  para mantener todo igual, cuando no se atornillan al sillón. Quienes encabezan ambas listas, han dado muestras públicas de sus problemas para “soltar” sillones. Por lo que para Sindicalizándonos, esto no es más que una falsa dicotomía de cambio.

 

Sostenemos, desde nuestros inicios, que como colectivo bibliotecario debemos analizar, pensar y trabajar para construir una identidad colectiva de la profesión, visible y con reconocimiento, donde la vulneración de derechos no sea tolerable en ningún lugar, sin jerarquías. Donde ninguna asociación pueda ponerse el mote de nacional solo por tener ese alcance en los papeles, por contar con algún socio en alguna provincia (y de las que aún así desconoce su realidad laboral y profesional). Una asociación gremial verdaderamente nacional debe reconocerse y actuar como sindicato luchando por los derechos laborales, disputando poder para el beneficio de los miles de trabajadores y trabajadoras que estudiamos esta profesión en los distintos niveles educativos. Una defensa laboral y profesional en pos de la profesión en todo el país debe construirse, sobre todo, sin personalismos.

Por un colectivo bibliotecario comprometido, unido y organizado.


Comentarios

  1. Hola, gracias por sus aportes, estoy atenta a todo lo que publican. Me recibí en 2019, aún no consigo trabajo y soy de Córdoba. Será una utopía lograr una verdadera unidad nacional que nos represente ? atte Mercedes

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