Relevamiento 2010-2020
Relevamiento: Situación laboral de las bibliotecarias y bibliotecarios en la República Argentina - 2010-2020
¿Cuándo debo cobrar por mi trabajo?
A raíz de la investigación que realizamos desde 2010 pudimos confeccionar, por primera vez, una tabla de VALORES de la HORA DE TRABAJO DE UN BIBLIOTECARIO O BIBLIOTECARIA en distintas categorías laborales.
Estos valores se actualizaron según el relevamiento de 2020 y se estimaron para 2021 tomando en cuenta la variación interanual de la Canasta Básica Total (CBT), los resultados se presentan abajo. La descripción de las categorías pueden consultarse en los Informes.
Norma Viviana Cancino; Miriam Franco
Introducción
Somos bibliotecarios y bibliotecarias con diferentes niveles académicos,
de distintos puntos del país y variados recorridos profesionales. Hace 10 años
que compartimos la necesidad de un sindicato que nos represente, no solo para
defender nuestros derechos sino también para reflejar todo lo que falta, y que
este tipo de investigaciones ayuda a visibilizar.
Somos las ovejas negras de nuestras experiencias. Pese a tener diferentes recorridos profesionales, compartimos la experiencia de haber sido quienes planteaban las preguntas incómodas, las disidencias cuando el resto estaba de acuerdo. Nos reconocemos ovejas negras porque queremos seguir cuestionando, preguntando, porque eso ayuda a avanzar repensando lo instituido, lo que hasta ahora se supone que está bien, pero que a veces intuimos, y muchas veces sabemos, que no lo está.
Las/os bibliotecarias/os somos trabajadoras/es
Conocer el mercado laboral y la situación en la que nos encontramos como
trabajadoras y trabajadores nos permite saber qué acciones debemos priorizar en
esta lucha por mejoras y conquistas de derechos planificando el corto, mediano
y largo plazo.
Un relevamiento, según la definición de Pérez Porto y Merino (2016) determina “la situación real y existente que
hay en un sistema concreto”. En nuestro caso el sistema en estudio es la
bibliotecaria/o. Desde el 2010 investigamos el estado de situación de las/os bibliotecarias/os
como trabajadoras y trabajadores en bibliotecas. En cada edición quinquenal de
nuestro relevamiento recabamos información primaria durante un mes completo a
través de un cuestionario en línea que es ilimitado para la cantidad de respuestas
que puede recibir y mantiene el anonimato de quien responde. Este instrumento
es difundido por listas de discusión, correos electrónicos personales e
institucionales (por ejemplo las asociaciones profesionales de las distintas
provincias) y grupos y contactos de Facebook en una primera instancia agregando
otras redes sociales en la próxima edición 2020. La información secundaria,
informes, investigaciones y estadísticas fueron recabadas a través de la
búsqueda bibliográfica o con solicitudes específicas a instituciones
gubernamentales o estatales particulares.
Realizamos un estudio descriptivo con un muestreo no probabilístico
manteniendo el método “bola de nieve” utilizado en el relevamiento anterior,
por lo que el tamaño de nuestra muestra está determinado por el mayor número de
respuestas de trabajadoras/es (profesionales o estudiantes) que sea posible
encontrar en el mes de implementación del cuestionario en línea. Este tipo de
encuestas no representativas sirven para detectar posibles tendencias, profundizar
ideas y recoger opiniones de manera exhaustiva y detallada de un tema
específico y todos los aspectos de interés involucrados. El primer cuestionario
estaba integrado por 12 preguntas, en el segundo lo ampliamos a 16 para conocer
nuevos aspectos no tenidos en cuenta previamente.
En un primer momento interpretamos la ausencia de datos a nivel nacional
como una evidencia fuerte que, entre otras, impulsó el trabajo del
relevamiento. Con el devenir constante de búsqueda, articulación e
interpretación de las realidades de nuestro país entendimos que “la
invisibilización de los bibliotecarios como trabajadores y [el] consiguiente
desconocimiento de nuestros derechos y problemáticas compartidas” (Cancino;
Franco, 2011: 1) eran las verdaderas causas subterráneas o necesidades
subyacentes a lo largo del tiempo para impulsar los relevamientos de manera
periódica. Los datos existían, lo que no existía era la voluntad de hacerlos
hablar, de cargarlos de sentido y darles voz. La invisibilización de los datos
sobre nuestro colectivo no fue ingenua y menos aún gratuita para cada una/o de
nosotras/os como estudiantes primero y como trabajadores después.
Con el primer Relevamiento de la Situación Laboral de los Bibliotecarios en la Argentina (Relevamiento SiLaBA) de 2010 establecimos las instituciones bibliotecarias que funcionan como empleadoras según los sectores (públicos o privados), conocimos la proporción de estudiantes y profesionales presentes en el mercado laboral bibliotecológico, el nivel académico de dichos profesionales, establecimos también una tipología para los cargos que se desempeñan de manera generalizada en las distintas bibliotecas y los tipos de contratos laborales que tenemos como trabajadoras/es, también conocimos el nivel salarial del personal en relación al cargo y nivel académico. Para el segundo Relevamiento, realizado durante el año 2015 intentamos caracterizar aún más el colectivo bibliotecario conociendo el género, el rango etáreo, la antigüedad en la profesión y en el trabajo actual, y los aspectos de interés que debería abordar un sindicato de bibliotecarias/os.
Situación laboral 2015
En
este último relevamiento obtuvimos 814 respuestas (resultando válidas 797).
Están distribuidas en todo el país con distinta disposición según las
provincias. La mayor cantidad de respuestas se agrupó en la Ciudad Autónoma y
en el provincia de Buenos Aires con el 25,2% y el 35,5% respectivamente. Esto
corresponde también a la estructura poblacional de nuestro país, siendo éstas
zonas las más pobladas. La representación continuó, tal como se ve en el
Gráfico 1 con Santa Fe, Córdoba y Chubut respectivamente. Y obtuvimos solo el
1% de las respuestas en 10 provincias argentinas.
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Gráfico 1. Porcentaje de las 797 respuestas válidas obtenidas. |
Si distribuimos en el mapa de nuestro país a las instituciones que emplean a las/os bibliotecarias y bibliotecarios que respondieron el relevamiento obtenemos la distribución del Gráfico 2 agrupando jurisdicciones como lo realiza el Sistema de Información Cultural de la Argentina (SInCA). Tomamos esta propuesta porque reúne provincias con características similares que permite un análisis posterior sobre las instituciones culturales como bibliotecas populares y especializadas (donde incluyen las universitarias).
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Gráfico 2. Cantidad de respuestas por bibliotecas empleadoras distribuidas por las regiones de SInCA. |
Comenzando el análisis sobre el colectivo trabajador, dos nuevas variables para analizar fueron la edad y el sexo. De las 797 respuestas válidas recibidas, 687 (86%) corresponden a mujeres y 110 (14%) a hombres. El nivel de respuesta por rango etario y sexo refleja una mayor participación de mujeres en todos los rangos. Esta distribución, era esperable por la amplia respuesta de mujeres en este colectivo feminizado. Dentro de la distribución de varones, las dos franjas de 30-39 años y 40-49 años no tienen diferencia por lo que podría leerse de manera unificada. Ver Gráfico 3.
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Gráfico 3. Distribución de las respuestas según rango etario y sexo. |
En cuanto a la distribución de profesionales y estudiantes se mantiene muy similar a la observada en el 2010. Los estudiantes presentes en el mercado laboral en ese momento eran el 7.38% (Cancino; Franco, 2011) y en 2015 representan el 8% (ver Gráfico 4). Se mantiene también la distribución entre tareas similares a las realizadas por profesionales. En el próximo relevamiento solicitaremos el año en que se recibió el profesional, pues creemos que sumará herramientas para profundizar el análisis de esta presunta regularidad.
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Gráfico 4. Cantidad de respuestas según Máximo nivel académico alcanzado. |
Centrándonos específicamente en las/os profesionales tituladas/os en Bibliotecología, en 2010 las respuestas entre los niveles de formación terciario y universitario fueron bastante parejas (presentando una diferencia de 9.6 puntos porcentuales). Sin embargo en el 2015, esta diferencia se acentuó alcanzando los 21 puntos porcentuales manteniendo la superioridad el nivel terciario. Consideramos que la misma es más acorde a la distribución de profesionales en el país ya que los egresados de institutos terciarios conforman la mayoría del colectivo, siendo los egresados universitarios un porcentaje muy minoritario. En la República Argentina, en el período 1998-2010 egresaron 16.671 nuevas/os profesionales del ámbito bibliotecológico en los institutos de nivel superior no universitario (DiNIECE. Ministerio de Educación, 2015a). Mientras que en el período 1998-2012 solo egresaron 3.939 profesionales de las distintas universidades nacionales (públicas y privadas) de nuestro país: 2.377 con título de pregrado y 1.562 con título de grado (DiNIECE. Ministerio de Educación, 2015b) (Ver Gráfico 5). Se demuestra, entonces, que más del 90% de nuestro colectivo está conformado por profesionales con título de pre-grado (tanto de educación universitaria como de educación superior no universitaria).
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Gráfico 5. Bibliotecarias/os tituladas/os en Argentina. Realización propia. Fuente: DiNIECE y SPU. |
Constatar esta disparidad entre los titulados refuerza el trabajo aún
pendiente por el reconocimiento del pago de adicional por título terciario en
muchos lugares de trabajo. Por ejemplo, en las universidades nacionales según
el Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) de la FATUN hay que escalar 4 categorías
del Agrupamiento Técnico-Profesional para que el pago de título terciario (10%
de la categoría de revista) supere al valor abonado por el título secundario
(17,5% de la categoría 7) (art. 53º y 60º del CCT FATUN, 2006). Esta es una
deuda histórica en la lucha por mejores condiciones laborales para las/os
bibliotecarias/os de muchos sectores, no solo por un reconocimiento económico
sino también un reconocimiento profesional y un incentivo a la formación.
Si enfocamos la distribución del nivel académico según las bibliotecas como instituciones empleadoras se destacan algunas situaciones que pueden verse en el Gráfico 6. El principal empleador de nuestro colectivo es el Estado, tal como lo venimos demostrando desde el Relevamiento de 2010. Dentro del sector estatal continúa destacándose la biblioteca escolar como empleadora aunque en esta oportunidad por una mayoría abrumadora, puede tener relación con la apertura del listado de emergencia en CABA que permitió a muchas/os egresadas/os su primer empleo o, a nivel nacional, con la cantidad de escuelas que tienen una biblioteca como dependencia. En algunas provincias como Buenos Aires por su normativa y la cantidad de escuelas especialmente en el conurbano bonaerense, se emplea a profesionales y estudiantes pero destacan los profesionales de institutos superiores no universitarios. Queda este punto para contrastar en el próximo Relevamiento.
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Gráfico 6. Máximo nivel académico alcanzado distribuido por sector laboral. |
Las bibliotecas universitarias públicas emplean a profesionales universitarios, terciarios y estudiantes universitarios en ese orden de preferencia. También las bibliotecas especializadas de una institución pública contratan en mayor proporción a profesionales universitarios por sobre los terciarios. Las bibliotecas populares tienen un rol importante en la contratación de personal, tanto profesional como estudiante (siendo para los estudiantes de terciarios su principal institución empleadora).
Haciendo hincapié en las/os estudiantes, las/os de terciario como dijimos, encuentran un nicho importante en las bibliotecas populares mientras que los universitarios están distribuidos entre universitarias, especializadas y escolares (todas del sector público) seguidas por las populares. Lamentablemente, suelen ser un espacio de paso profesional, dadas las malas condiciones de trabajo, la inestabilidad en el pago y el tipo de contratación monotributista que se reflejan en los reclamos de colegas.
En
el análisis del Relevamiento 2020, cruzaremos estos datos actualizados con la
cantidad de bibliotecas en Argentina para conocer si la proporción corresponde
a la disposición de bibliotecas distribuidas en el territorio.
En
el 2010 definimos categorías laborales donde agrupamos “los cargos o
actividades mencionadas en las respuestas recibidas, en las distintas áreas que
se llevan a cabo al interior de las bibliotecas y posteriormente las
reagrupamos en seis (6) categorías. Para este reagrupamiento se consideraron
tanto los cargos, como también la cantidad de tareas de las distintas áreas que
muchas veces le corresponden a una misma persona incluyendo el caso más común
del personal único a cargo de la biblioteca. Las categorías que utilizamos para
este análisis son:
- Director/a: aquella persona que es
responsable de la gestión de la biblioteca teniendo personal a cargo (sin
considerar la cantidad de personas).
- Jefa/e de sección: persona responsable de un
área de la biblioteca, por ejemplo, hemeroteca, atención al público, procesos
técnicos, etc., dependiendo de las decisiones de un cargo superior (Director/a)
pudiendo tener, o no, personal a cargo.
- Tarea única: persona encargada de una
tarea única, específica dentro de la biblioteca, por ejemplo circulación del
material, atención al usuario, selección de material o catalogación. Siempre
dependiendo de algún nivel superior (Director/a o Jefe/a de sección) pudiendo
tener, o no, personal a cargo.
- Multitarea: aquella persona que se ocupa
de diferentes y múltiples actividades, por rotación o no, sin ser personal
único. Siempre depende de algún nivel superior (Director/a o Jefa/e de sección)
pudiendo tener o no, personal a cargo.
- Personal único: se refiere a personal exclusivo, a cargo de todas las tareas. No tiene personal a cargo pero tampoco ningún personal jerárquico -en el área bibliotecológica- de quien dependa dentro de la unidad de información. Por ejemplo esta categoría incluye a un bibliotecario que sea el único personal en una biblioteca popular, al bibliotecario único que trabaje en una biblioteca dependiente de una institución mayor (pública o privada), al bibliotecario único a cargo de la biblioteca de una institución educativa, etc.
- Auxiliar bibliotecario: aquella persona que colabora en las tareas y servicios realizados por un bibliotecario/a, por ejemplo, aquel que registra los materiales en el libro de inventario, los prepara para la circulación, los ordena en el estante, realiza los reclamos de materiales no devueltos, etc. Siempre depende de algún nivel superior (Director/a, Jefa/e de sección, o bibliotecaria/o de Tarea única o Multitarea) y no tiene personal a cargo.” (Cancino; Franco, 2011 : 7-8)
Las categorías laborales ocupadas por las trabajadoras/es que respondieron este relevamiento da cuenta que la mayoría de los puestos jerárquicos (directivo y de sección) están ocupados por personas con más de 11 años de experiencia. En las instituciones empleadoras donde se contrata a un único personal la experiencia se encuentra más distribuida, aunque con una clara minoría para aquellas/os trabajadoras/es que no la tienen. Esto se repite para la categoría multitarea en las bibliotecas que tienen más de una persona contratada. Estas distribuciones pueden observarse en el Gráfico 7.
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Gráfico 7. Categoría laboral distribuida según los años de experiencia. |
En lo referido al sector laboral que contrata a las y los trabajadoras/es bibliotecarias/os se refuerza lo encontrado en el Relevamiento 2010. En aquel momento la mayor parte del colectivo bibliotecario (el 63.21%) estaba contratado por instituciones del Estado y el 7.45% lo estaba en Bibliotecas populares. En el Relevamiento actual (ver Gráfico 8) el sector público emplea al 64% del colectivo, resultando de la suma del 62% del sector público y el 2% correspondiente a las bibliotecas públicas. Y en esta ocasión las bibliotecas populares dan cuenta del 14% de las contrataciones.
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Gráfico 8. Tipo de biblioteca según el sector laboral al que pertenece. |
Salarios 2010-2015.
En el relevamiento anterior establecimos el valor medio y máximo de la
hora de trabajo para las distintas actividades que se realizan al interior de
una biblioteca agrupadas en categorías laborales que definimos para ese fin.
Para realizar una comparación de la evolución de los salarios en estos 5 años
usamos como base el valor promedio de la hora de trabajo de cada categoría en
2010 y la proyectamos hacia el 2015 comparándolo con dos referencias
diferentes. La primera, calculando el aumento del Salario Mínimo Vital y Móvil
(SMVM) y estableciendo el valor que debería tener cada hora de trabajo si
hubiera recibido la misma proporción de aumento. La segunda referencia de
proyección fue con la Canasta Básica Total (CBT). En el gráfico 9 pueden verse
ambas proyecciones a cada lado del valor promedio de la hora de trabajo en el
2015. De esa manera se observa que todas las categorías le ganaron a la
Proyección del SMVM mientras que las categorías Auxiliar y Multitarea pierden
contra la Proyección de la CBT, empatando casi su aumento la categoría laboral Tarea única. Únicamente en las
categorías jerárquicas como Jefa/e de
sección y Director/a la
comparación con respecto a ambas proyecciones es mayor en el valor de la hora
de trabajo durante el año 2015 mejorando claramente su poder de compra.
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Gráfico 9. Proyección según la Canasta total para el Hogar 5 de CABA. |
Brecha salarial por género.
Vimos los sueldos
en relación al SMVM y a la Canasta Básica. ¿Cómo es la relación entre los
salarios de hombres y de mujeres? ¿Quiénes pierden y quiénes ganan?
Las desigualdades
en las condiciones de trabajo entre hombres y mujeres “contribuyen a que las mujeres
ganemos, en promedio, en Argentina, un 27 por ciento menos que los varones, en
lo que se conoce como brecha salarial por género. Esta brecha varía mucho a lo
largo de la economía y a lo ancho del país.” (D’Alessandro, M.; Brosio, M. y
Guitart, V. : 2015). Quisimos ver cómo se refleja en nuestro colectivo esta
desigualdad que se replica en todo el mundo de manera sostenida en el tiempo.
Calculamos
el valor de la hora de trabajo para hombres y para mujeres estimando también la
mediana de dichos valores. La mediana es la medida donde se encuentra el 50% de
los valores, en este caso, del costo de la hora de trabajo para cada género.
Obtuvimos que $ 68.76 es la mediana correspondiente a las mujeres y $ 78.65 es
la mediana para los hombres. Calculando la diferencia entre estos valores se
evidencia que las mujeres cobramos 12.58% menos que los hombres por el mismo
trabajo. Por lo tanto, nos encontramos debajo de la brecha salarial nacional
pero aún queda mucho camino para alcanzar la equidad.
Otra alternativa para ver esta desigualdad en nuestro colectivo es conocer la proporción de hombres y de mujeres que se encuentra en cada cuartil. Al universo de respuestas obtenidas las ordenamos según el valor de la hora de trabajo de menor a mayor, segmentamos el universo en cuatro partes iguales donde encontramos el rango de sueldos más bajos en el primer cuartil o cuartil inferior, pasando por los cuartiles medios y finalizando en el cuartil superior donde se ubican los sueldos más altos de nuestro colectivo.
En
estos cuartiles, como puede verse en el gráfico 10, las mujeres nos
distribuimos muy uniformemente mientras que los varones se distribuyen de
manera llamativa: en el cuartil donde se ubican los sueldos más bajos solo se
encuentra el 15% de los bibliotecarios, y en el cuartil medio superior y
cuartil superior, donde recordemos que se cobran los mejores sueldos sin
importar el puesto laboral, ocupan el 35% y el 29% respectivamente.
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Gráfico 10. Proporción de los géneros en los cuartiles ordenados según el valor de la hora de trabajo. |
Podemos
inferir varios factores: estereotipos de género en relación a puestos de mando,
demanda de tiempo y dedicación casi exclusiva incompatible muchas veces con la
responsabilidades familiares que aún hoy siguen recayendo en las mujeres, la
falencia de ciertas políticas públicas, como por ejemplo las licencias
parentales y la equidad en el cuidado de los hijos, quienes se atreven a dar
prioridad a sus carreras sin resignar la vida familiar, o aquellas que hacen
malabares para compatibilizar las demandas laborales y familiares. Entendemos
que esta desigualdad en el ingreso salarial que evidenciamos en este
relevamiento solo es una de las tantas desigualdades de género que sufrimos al
interior del colectivo, por lo que ahondaremos en ellas en el próximo relevamiento
donde incluiremos preguntas referidas a esta dimensión de análisis..
Sindicato de bibliotecarios y bibliotecarias
Este año incluimos una pregunta para que cada colega respondiera qué aspecto considera más importante para ser abordado por un sindicato de bibliotecarios y bibliotecarias que nos defendiera en nuestra especificidad. En relación a estos aspectos o áreas de interés, la legislación específica es el más importante contabilizando 143 respuestas, seguido por las condiciones laborales (137) y en tercer lugar el aspecto salarial con 128 respuestas. Tres aspectos relacionados, vitales para todo trabajador y trabajadora y de un evidente vacío en nuestro colectivo, que espera respuesta.
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Ilustración 1 |
Lamentablemente
en nuestro país las formas de contratación son muy variadas, lo que hace que
las condiciones laborales también lo sean. Y así nos encontramos con un abanico
amplio pero mayormente injusto en relación a los derechos de trabajadores y
trabajadoras, que marcan una desventaja con respecto al resto de los
trabajadores que acceden a sus derechos plenos como tales (aportes
jubilatorios, obra social, vacaciones, seguro por accidente de trabajo, etc.).
Sin siquiera por esto lograr una diferencia a nivel salarial que mitigue esta
falta de derechos.
Lo
preocupante es que estas injustas formas de contrato laboral se ejercen en
ámbitos privados pero también estatales, mientras es el mismo estado quien dice
desalentar el trabajo en negro. Lejos de lo que podríamos suponer, no son
únicamente los bibliotecarios/as populares quienes se llevan la peor parte,
sino todo tipo de biblioteca. La categoría de monotributo (incluida en la
categoría Informal o en negro en el Gráfico 11) la tributan trabajadores y
trabajadoras de nivel universitario, terciario que ocupan cargos bases hasta
jerárquicos. Esto puede verse en detalle en el Gráfico 11. Con lo cual queda
demostrado que el abanico sigue siendo además de amplio, muy colorido.
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Gráfico 11. Tipo de contratación según la Categoría laboral y el Tipo de Biblioteca empleadora. |
Analizamos hasta el momento datos y respuestas que tienen que ver con el
bibliotecario como trabajador y algunos aspectos que tienen directa relación
con el acceso al mercado laboral actual. Sin embargo, son estadísticas detrás
de las cuales hay personas, historias, universos tan variados como personas
contestan cada relevamiento.
En
el relevamiento de 2010 a estas preguntas abiertas las agrupamos en temáticas
comunes que se destacaban por su frecuencia de aparición. Muchas de estas
temáticas vuelven a ser mencionadas por las colegas, los reclamos aún se
mantienen vigentes en las distintas provincias de nuestro país. Para no
extendernos demasiado, no incluimos las relacionadas con la falta de
presupuesto, malas condiciones edilicias y/o falta de actualización
tecnológica, pues se repiten casi de igual modo, sin embargo elegimos las que
reflejan situaciones menos conocidas o poco visibilizadas. Los comentarios
pertenecen a trabajadores y trabajadoras con formación, vasta experiencia y en
algunos casos cargos directivos.
● TIPO DE CONTRATACIÓN
“Es un contrato
de "Locación de Obra" y no se adapta en absoluto al trabajo que
realiza un bibliotecario y la remuneración no es acordada por ambas partes, la
impone el Decano de cada facultad.” (Buenos Aires, bibliotecaria universitaria
de grado, multitarea, biblioteca universidad pública, monotributista,
antigüedad en el trabajo 6 a 10 años).
“Mi situación es
mixta, tengo un cargo en relación de dependencia, sin concursar aun, de menor
categoría que el que me corresponde y también facturo como monotributista para
completar el sueldo que debería tener si estuviera en la categoría que me
corresponde por las funciones que desempeño” (CABA, bibliotecaria universitaria
de grado, directora, biblioteca especializada pública, relación de dependencia
- en negro, antigûedad en el trabajo de 11 a 20 años).
“Estoy encuadrado
como empleado de comercio y según la ley vigente debería ser empleado de una
asociación civil sin fines de lucro (UTEDYC).” (Buenos Aires, bibliotecario de
terciario, director, biblioteca popular,
relación de dependencia, antigüedad en el trabajo de 11 a 20 años).
“Es una
vergüenza, 6 años de monotributo” (Misiones, bibliotecario de terciario,
multitarea, biblioteca pública, monotributista, antigüedad en el trabajo de 6 a
10 años).
● PUESTO DE TRABAJO: FALTA DE CONVENIO COLECTIVO QUE REGULE LAS TAREAS Y CONDICIONES DE TRABAJO;
“La categoría que
poseo no se corresponde con las funciones que debo cumplir”. (Santa Fe,
bibliotecaria universitaria de grado, directora, biblioteca universitaria
pública, antigüedad en el trabajo 6 a 10 años).
“El contrato se
establece entre el Bibliotecario y la Federación de Bibliotecas Populares de
San Juan, la cual recibe un subsidio del Gobierno Provincial para tal fin.”
(San Juan, bibliotecaria de terciario, personal único, biblioteca popular, monotributista, antigüedad en el trabajo de 2
a 5 años).
● FALTA DE VALORACIÓN DEL TÍTULO PROFESIONAL y OPORTUNIDADES DE CAPACITACIÓN
“No existe el
cargo de bibliotecario escolar en el nivel inicial ni primario.” (Salta,
bibliotecaria de terciario, multitarea, biblioteca escolar pública, relación de
dependencia, antigüedad en el trabajo de
11 a 20 años).
“Que se revea la
titularización de los técnicos bibliotecarios ya que la mayoría estamos
trabajando en bibliotecas escolares y hacer suplencias e interinato no nos da
estabilidad laboral.” (Chubut, bibliotecaria universitaria de grado,
multitarea, biblioteca escolar pública, relación de dependencia, antigüedad en
el trabajo de 2 a 5 años).
“En el ámbito
privado no existe el cargo de bibliotecario” (Santa Fe, bibliotecario
universitario incompleto, multitarea, biblioteca universitaria privada,
relación de dependencia, antigüedad en el trabajo de 6 a 10 años).
● POSIBILIDADES DE ASCENSO
“Llevo 27 años en
la misma categoría y no me han permitido avanzar al cargo de dirección” (Entre
Ríos, bibliotecaria de terciario, jefa de sección, biblioteca universidad
pública, relación de dependencia, antigüedad en el trabajo más de 21 años).
“No podemos
ascender, no podemos llegar a cargos jerárquicos, etc.” (Santa Cruz,
bibliotecaria de terciario, multitarea, bibliotecaria escolar pública, relación
de dependencia, antigüedad en el trabajo más de 21 años).
● CARGA HORARIA
“Recarga de
trabajo: Exceso de funciones para una sola persona” (Río Negro, bibliotecaria
universitaria de grado, jefa de sección, biblioteca universitaria pública,
relación de dependencia, antigüedad en el trabajo de 6 a 10 años).
“Lamentablemente
soy la única persona capacitada en los procesos técnicos para Biblioteca y mi
sueldo es el más bajo” (La Rioja, estudiante de terciario, multitarea,
biblioteca popular, pasantía, antigüedad en el trabajo de 2 a 5 años).
“Es preciso
contar con dos bibliotecarios por turno” (Chubut, bibliotecario de terciario,
multitarea, relación de dependencia, antigüedad en el trabajo de 6 a 10 años).
● ACOSO LABORAL
“Las condiciones
laborales son buenas, me encanta mi trabajo, sólo me siento
"hostigada" por algunos miembros de Comisión Directiva.” (Santa Fe, estudiante
de terciario, multitarea, biblioteca popular, relación de dependencia,
antigüedad en el trabajo más de 21 años).
“Acoso laboral,
miedo profundo.” (Buenos Aires, bibliotecaria de terciario, personal único,
biblioteca escolar pública, relación de dependencia, antigüedad en el trabajo
de 6 a 10 años).
A modo de cierre
Esta última temática, el acoso laboral, no figuraba en el relevamiento anterior. Es una asunto que creemos relacionado al contexto de reclamos del colectivo de mujeres como la marcha del Ni una menos que no solo denunció los femicidios sino la problemática de la violencia de género en múltiples expresiones volviendo visible lo invisible. El impacto que comienza a gestarse con este movimiento vuelve inevitable la revisión de nuestras preguntas al interior del colectivo de bibliotecarias y bibliotecarios desde la mirada, mayoritaria y propia, de las mujeres. Las desigualdades en la distribución de tareas de cuidado, del acceso al empleo, del salario justo entre otras trataremos de abordarlas o profundizarlas, según el caso, en el próximo relevamiento por el impacto que está oculto pero latente en nuestro sector.
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Referencias bibliográficas
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escolares argentinas. Informe de resultados: 1ª etapa 2008-2009. Argentina:
BNM. Recuperado de: http://repositorio.educacion.gov.ar:8080/dspace/handle/123456789/96113
Cancino, N.V. y Franco, M. (2011). Situación laboral de los bibliotecarios en la República Argentina. Un primer acercamiento. Informe final. Recuperado de: http://sindicalizandonos.blogspot.com/
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Convenio Colectivo FATUN. Decreto 366/2006. http://www.fatun.org.ar/fatun2_convenio_colectivo.html
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DiNIECE. Ministerio de Educación. (2015a). Educación Superior No Universitaria. Egresados de la carrera de Bibliotecología por año. Realización 30/4/15 Gestión de la información y Capacitación (información enviada por correo electrónico el 30/4/15).
DiNIECE. Ministerio de Educación. (2015b). Egresados de ofertas de nivel pregrado y grado de la carrera de Bibliotecología y Documentación de instituciones universitarias del Sistema Universitario Argentino por régimen, título, institución y provincia. Serie 1982-2012. Fuente: SPU.Departamento de Información Universitaria. Anuario de Estadísticas Universitarias 2012. (información enviada por correo electrónico el 15/5/15)
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Gómez Hernández, J. A. (1998). La profesión bibliotecaria. En L. Orera Orera (Ed.), Manual de biblioteconomía (pp. 77-99). Madrid: Síntesis.
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