¡Comunidad bibliotecaria alerta!


Nos encontramos en una encrucijada fundamental para el colectivo bibliotecario. A poco de asumir el mando, el gobierno de Javier Milei, presentó el DNU 70/23 incluyendo 366 artículos que se concentran en la emergencia pública en todos los aspectos que son necesarios para el funcionamiento de un país hasta el 31/12/25. Imposible enumerar todos, pero podemos decir que las derogaciones de leyes y modificaciones afectan toda la vida de la ciudadanía, abarcando desde la ley de alquileres, pasando por la ley de tierras, la venta de empresas nacionales, así como también por la legislación laboral vigente. Dicho DNU es válido, hasta que el Congreso de la Nación lo vete o el poder judicial le dé curso a alguna de las medidas cautelares (a la fecha ya hay tres presentadas).

En materia laboral, algunos aspectos que marcan un fuerte retroceso son:


1. Periodo de prueba: de 3 a 8 meses.

2. Flexibilización de la jornada de trabajo: podría pasar de 8 a 12 horas a gusto del empleador.

3. Indemnizaciones: se eliminan tal como se conocen ahora, con lo cual, lo que sería una sanción para la empresa, termina siendo un nuevo negocio para el mercado

4. Embarazos: se deja de trabajar 45 días antes del parto y el empleador puede pedir que sigamos trabajando hasta 10 días antes de parir (pudiendo tomar los restantes post parto).

5. Relación laboral: si se presta un servicio por facturación o firman un contrato de locación por ejemplo quedamos en igualdad de condiciones con el empleador (sabiendo que esa equiparación no existe como tal. Ejemplo, los monotributistas, dejan de ser amparados por el derecho laboral y pasan al derecho civil.

6. Derecho a huelga: considera servicio esencial a casi todas las actividades. Pero lo esencial no lo demuestran para ampliar derechos, y presupuesto sino obligando a mantener guardias mínimas que no deben ser inferiores al 75% o 50% según el caso, debilitando el accionar colectivo (la huelga).

7. Despidos : solo a criterio del empleador, que puede ejercerlo de manera arbitraria.


También presentó la Ley Ómnibus para su tratamiento en el Congreso. Esta Ley promete un fuerte recorte encontrándose entre los más afectados, los trabajadorxs estatales y por efecto directo el sistema previsional (sin aportes no hay fondos para pagar jubilaciones y/o pensiones).


Estos recortes además se aplican sobre la cultura en general y de manera particular sobre las Bibliotecas Populares, que ven su continuidad amenazada con el desfinanciamiento de la CONABIP, lo que impactaría en la recepción de partidas presupuestarias y la representatividad federal en la política institucional.


Sin ánimo de minimizar este tema pero conscientes de nuestro rol como Sindicato de Trabajadorxs Bibliotecarixs de Argentina, no podemos dejar de señalar que el colectivo bibliotecario es uno de los sectores más afectados en tanto trabajadorxs estatales, subcontratados, precarizados. Pero también por la calidad de “sustituible” en la que se coloca a lxs trabajadorxs bibliotecarixs, que serán prescindibles como personal formado en el área específica de gestión bibliotecológica y de la información. Ya no formaremos parte importante en la jerarquización de las instituciones.


Y para esto es preciso hacer memoria, hacia fines del año pasado, entre gallos y medianoches se impulsó un proyecto de Ley de Profesionalización (ABGRA junto a la diputada Vanesa Siley) al que nos opusimos, justamente por la falta de consulta federal pero también porque señalamos lo peligroso que significaba el artículo 13, que expresaba que


"En caso de no encontrarse disponible personal con titulación habilitante, las bibliotecas barriales, comunitarias e instituciones comprendidas bajo la Ley de Bibliotecas Populares (23.351) estarán exceptuadas del cumplimiento del artículo 12 de la presente ley. El personal contratado en estos ámbitos deberá acreditar fehacientemente haber cursado y aprobado el ciclo de capacitación y formación continua dictado por la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares, organismo dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación.”


Entonces…¿No era necesario que las Bibliotecas Populares contaran con un profesional bibliotecarix al frente de la misma.?


Cuestión -entre otras- que señalamos como fuertes contradicciones e insolvencias en un anteproyecto que se refería a nuestro trabajo como profesión liberal factible de ser regulada por un Colegio, que lejos de beneficiar la situación de lxs trabajadorxs bibliotecarixs, generaría aún más diferencias. Así lo expresamos, con el apoyo del colectivo bibliotecario,  por escrito y personalmente al reunirnos con la diputada. Nada fue tenido en cuenta y se avanzó para la foto con muchas personalidades que ni siquiera lo habían leído.


Es en este contexto que como Sindicato de Trabajadorxs Bibliotecarixs de Argentina, apoyamos el reclamo de las Bibliotecas Populares -reconociendolas protagonistas del justo reclamo-, por lo que acompañamos, aportamos nuestro conocimiento, contactos, etc., pero respetando sus decisiones y siendo coherentes con las nuestras.


En concordancia con lo cual, no podemos dejar de resaltar que lo que nos interesa como sindicato, es defender los puestos de trabajo de lxs trabajadorxs bibliotecarixs en su totalidad, los cuales en su mayoría somos trabajadores estatales, muchos de los cuales somos contratados, tercerizados o monotributistas. Por lo que ya a nuestros vulnerados derechos, hay que sumar la posibilidad de perder la fuente de trabajo.


A la vez, y sin perder de vista los puestos de trabajo, lo que también peligra es la carrera en sí misma, porque ¿qué posibilidades reales de trabajo les quedan a nuestros egresadxs? Si el puesto de trabajo del bibliotecarix es plausible de ser desempeñado sin requerir de formación específica, ¿para qué estudiar?


Da por tierra los reclamos históricos del colectivo, como el reconocimiento de la formación, respeto al título y posibilidad de desempeñarnos para lo que nos formamos.


Respaldamos el reclamo de las bibliotecas populares en particular y la cultura en general y trabajamos en conjunto para preservar nuestros derechos y la esencia de nuestra profesión. ¡Sigamos luchando, creciendo y defendiendo la importancia del trabajo bibliotecario en nuestra sociedad!


#AlertaBibliotecaria

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